Xavier Villaurrutia González
(Ciudad de México, 27 de marzo de 1903- 25 de diciembre 1950)
fue un escritor mexicano que cultivó los géneros de poesía, crítica literaria y dramaturgia.
Inició sus estudios en el Colegio Francés de la Ciudad de México, más tarde, en la Escuela Nacional Preparatoria, inició su amistad con Salvador Novo y Jaime Torres Bodet.
Comenzó estudios superiores de derecho, que luego abandonó para dedicarse por completo a las letras.
Hizo estudios de teatro en el Departamento de Bellas Artes. Becado en 1935 por la Fundación Rockefeller, estudió arte dramático durante un año en la Universidad de Yale de New Haven Connecticut, Estados Unidos.
Formó parte del grupo llamado LOS CONTEMPORANEOS.
Que se definían a sí mismos como "grupo sin grupo" y miembro fundador de la revista Contemporáneos. Dirigió, junto con Salvador Novo, la revista Ulises y junto con Rafael López Pérez, Barandal.
Poesia
Inspirado en la obra de López Velaverde, pero influido definitivamente por el surrealismo, su obra poética se distinguió por su oscuridad y sus referencias a imágenes de abandono, de desolación, y de una presencia y relación constante con la muerte. Sus trabajos más destacados son Primeros poemas, Reflejos (1926),Nocturnos (1933), Nostalgia de la muerte (1938), Décima muerte (1941) y Cantos a la primavera y otros poemas (1948).
En medio de un silencio desierto como la calle antes del crimen
sin respirar siquiera para que nada turbe mi muerte en esta soledad sin paredes al tiempo que huyeron los ángulos en la tumba del lecho dejo mi estatua sin sangre (...) Y en el juego angustioso de un espejo frente a otro cae mi voz y mi voz que madura y mi voz quemadura y mi bosque madur y mi voz quema dura como el hielo de vidrio como el grito de hielo aquí en el caracol de la oreja el latido de un mar en el que no sé nadaen el que no se nada porque he dejado pies y brazos en la orilla siento caer fuera de mí la red de mis nervios mas huye todo como el pez que se da cuenta hasta ciento en el pulso de mis sienesmuda telegrafía a la que nadie responde porque el sueño y la muerte nada tienen ya que decirse.
Drama
Dentro de sus obras teatrales destaca Autos profanos (1943). También la obra dramática de Villaurrutia refleja su preocupación por la muerte, especialmente en Invitación a la muerte (1944), pero también en La mulata de Córdoba (1948) y Tragedia de las equivocaciones (1951).
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